Sandra Crouch: cuatro razones por las que conocer su música y su vida
Mucho más que una artista góspel
La cantante, compositora y pastora californiana Sandra Crouch nos dejó el pasado 17 de marzo a consecuencia de las complicaciones en el tratamiento de una lesión cerebral. Quizá, de primeras no te suene mucho su nombre si no estás familiarizado con la música góspel, pero seguro que alguna vez has disfrutado de música en la que ella tuvo un papel clave. Sandra Crouch es una de las figuras esenciales de la música popular del siglo XX. ¿Dónde radica la importancia de Sandra Crouch y su carrera?
1. Más que una hermana
Mucha gente piensa en Sandra Crouch como “hermana de” Andraé Crouch. Vivir junto a uno de los compositores y artistas más prolíficos del góspel, no siempre es fácil. Andraé Edward y Sandra Elaine eran gemelos, nacieron el 1 de julio de 1942 en Los Angeles, California, hijos de Benjamin y Catherine Crouch. Una familia negra de clase media que fundó la iglesia pentecostal Christ Memorial Church COGIC.
Andraé fue un músico precoz y compuso canciones que han tomado dimensión de “clásicos” en la música cristiana a nivel internacional. Uno de los himnos con los que esto ha ocurrido lo compuso cuando solo tenía catorce años: “The Blood (It Will Never Lose Its Power)”. La canción fue grabada en 1962 por The Caravans con Albertina Walker como solista y después Andraé la recuperó para incluirla en los álbumes de sus primeros grupos, The COGIC’s (1964) y The Disciples (1968).
Durante el Memorial Day de 1956 los Crouch celebraban una reunión en casa de James Cleveland, quien por esa época trabajaba ya con The Caravans. Cuando el pequeño Andraé llegó al lugar, vio como los adultos compartían comida en el jardín, pero su carácter retraído le hizo quedarse dentro tocando el piano. Ante la presencia de Cleveland, Andraé se preguntó si sería capaz de componer una canción como él. Se puso manos a la obra y mientras tocaba el piano, por la ventana observó algo que le hizo tocar cada vez más lento. La imagen de cómo ponían salsa roja sobre la carne en la barbacoa le hizo recordar la sangre de Cristo en la Cruz.
Ahora ¿qué papel tuvo Sandra en la creación de este clásico? En aquella habitación Sandra estaba junto a su hermano y anotó en un papel la canción. Pero… Andraé, en su inseguridad juvenil, creyó que aquella canción no valía nada. Arrugó el papel y lo tiró a la basura. Sandra sabía que aquella canción sí era buena, fue al cubo de la basura y rescató aquel papel ajado. No sumó versos ni acordes a la canción, pero sin ella probablemente nunca la hubieramos disfrutado. Todo creativo necesita una “Sandra” que de vez en cuando ponga freno a sus intentos de autosabotaje.
2. Fue esencial en la modernización de la música góspel
Los hermanos Crouch crearon en 1964 un grupo juvenil llamado The COGICS (Church of God in Christ Singers) en el que contaron con algunos amigos que años después alcanzarían fama en el soul y el pop: Billy Preston -organista, compositor y cantante que alcanzó reconocimiento por su trabajo con The Beatles y que ha creado canciones icónicas como “You Are So Beautiful” (1973) de Joe Cocker-, Edna Wright -hermana de Darlene Love que formó parte de las Raelets de Ray Charles y del grupo Honey Cone-, Gloria Jones -voz original de “Tainted Love” (1965) que casi dos décadas después versionaron Soft Cell, y en la década de 1970s grabó en Motown- y Sondra “Blinky” Williams -debutó en solitario en Atlantic Records y trabajó luego mano a mano con Sammy Davis Jr., Edwin Starr y Ashford & Simpson-. El grupo era un reflejo de la efervescencia que había entre los jóvenes negros de California en esa época. De la misma denominación de iglesias salieron por aquella época Sly Stone, The Edwin Hawkins Singers y The Pointer Sisters.
En 1966 crearon una nueva formación, Andraé Crouch & The Disciples. Rompieron con el sonido del góspel tradicional y se acercaron al jazz, al pop y al rock progresivo. Los hermanos Crouch viajaron por EE.UU., Europa, África y Asia -incluyendo Vietnam en plena guerra- llevando la música que grabaron en casi una decenas de álbumes hasta 1978. Si bien artistas como Edwin Hawkins y su “Oh Happy Day” sonaron especialmente en ambientes musicales no religiosos, Andraé y Sandra lograron atraer a muchos jóvenes en diversas comunidades cristianas progresistas -una mezcolanza de cultura hippie y humanismo cristiano que a veces denomimados como “Jesus Movement”-. En junio de 1972 The Disciples fue uno de los grupos del festival Explo ‘72 en Dallas, Texas, donde se reunieron más de 100,000 personas. Sandra puso voz y es coautora de canciones como “Jesus Is The Answer”.
En 1982 Sandra decidió comenzar su propia banda y al año siguiente lanzó el álbum We Sing Praises en Light Records. Mucha gente no confiaba en ella, ni como directora coral ni como compositora, pero logró que el material que grabó se convirtiera en icónico. Tuvo tanto éxito que logró que la compañía Light Records saliera de la bancarrota por la que pasaba. Si la discográfica no hubiera sobrevivido nos hubieramos perdido mucha música de The Winans, Commissioned, Walter Hawkins, Edwin Hawkins Music And Arts Mass Choir, Douglas Miller, Bobby Jones, The Archers, The New Jersey Mass Choir…
Sandra ganó el Grammy a la mejor actuación gospel soul en 1984 y canciones como “Glad I Heard Your Voice”, “Power In The Blood” o “We Need To Hear From You” se convirtieron en clásicos rápidamente. Esta última canción, que ya había grabado Andraé Crouch en 1982, muestra cómo Sandra siempre era consciente del mundo que la rodeaba: “Destruction is now, it's now in the view. Seems the world has forgotten Lord all about You and children are crying and people are dying Lord. They're lost without You. But you said if we seek, if we'll only seek Your Face and turn from our wicked ways, You promise to heal, promise to heal our land. Father You can.” En sus siguientes proyectos aparecen otras canciones icónicas como “Completely Yes” (1986). Con la muerte de Sandra Crouch se cierra una generación de creadores que hicieron de la música góspel un fenómeno global.
3. Difuminó fronteras entre géneros
Sandra tenía un amplio abanico de referentes musicales góspel, soul y blues: Gladys Knight, Mahalia Jackson, James Cleveland, B.B. King, Edwin Hawkins… En las últimas décadas encontró inspiración en las músicas latinas y en los contenidos reivindicativos del hip-hop.
Antes de ser cantante, directora coral, productora y compositora, Sandra ya había roto los moldes siendo percusionista. Puedes escucharla tocando la pandereta o la batería en grabaciones de Mongo Santamaría (Mongomania, 1967), The Jackson 5 (“I Want You Back”, 1969; “ABC”, 1970), Neil Diamond (Tap Root Manuscript, 1970), Janis Joplin (Pearl, 1971) o Edwin Starr (Hell Up In Harlem, 1974), entre otros. Acompañó en giras a Diana Ross, Bea Carr y Perry Morgan. No fue fácil que una mujer negra que se moviera como pez en el agua en una industria dominada por hombres. Sandra infusionó con su percusión con un carácter muy góspel algunas grabaciones de pop, soul y rock. El papel de la mujer como baterista y percusionista de manera profesional en el góspel y el soul no era algo común. Sandra es un caso especial junto a otras pioneras como Patricia Dunlap en Chicago, quien desde la década de 1960s ha trabajado con Charles Clency y Charles G. Hayes & The Cosmopolitan Church of Prayer Choir.
Sandra dio un paso más a partir de los 80s para difuminar las fronteras del góspel y el pop al aceptar junto a Andraé participar en los proyectos de las bandas sonoras de The Color Purple (1986) y The Lion King (1994). En ambos ayudó en los arreglos, la dirección de coros e incluso con algunas composiciones. Estos trabajos habían llegado a través de Quincy Jones, con quien Sandra tenía en común un artista al que habían visto crecer, Michael Jackson. Los Crouch grabaron los coros e hicieron los arreglos de “Man In the Mirror” (1987) -cuyo concepto lírico está muy ligado al “We Need To Hear From You” de Sandra- y “Will You Be There” (1991). En los últimos años de Michael Jackson, el artista solía ir a la iglesia de los Crouch de incógnito y grabaron juntos “Speechless” (2001). La relación era tan estrecha que el funeral del “Rey del Pop” se abrió con “Soon And Very Soon” de los Crouch.
Entre canción y canción para MJ también tuvieron tiempo para grabar los coros de “Like A Prayer” (1989) de Madonna. Otra de las canciones en las que Sandra participó dirigiendo el coro es en “The Force Behind The Power” (1991), escrita por Stevie Wonder y cantada por Diana Ross.
4. Pasión por la gente
Sandrá estuvo a punto de no participar en de The Disciples. Aceptó con recelo formar parte del grupo de su hermano porque el dinero que iba a ganar era poco comparado con otras oportunidades que tenía en Motown y Hollywood. Pero, su perspectiva cambió cuando fue con ellos de gira a Hawaii y en el hotel todo era perfecto, una vida de lujo. No sabía aún lo difícil que iba a ser la siguiente parada, Samoa. En este lugar no había ni hotel, dormían en un barracón. El día del concierto, Sandra vio cómo la gente encontró consuelo en el contexto miserable en que vivían. Aquella experiencia fue su verdadera satisfacción y desde ese momento se dedicó a ayudar a la gente. Ella misma decía que la clave de su vocación era la “pasión por la gente”. De ahí que le diera tanta importancia al contenido de sus letras, buscaba que tuvieran el mayor impacto en el público. Siempre llevó el mensaje cristiano fuera de la iglesia con una perspectiva integradora. En su iglesia, la New Christ Memorial de Pacoima, siempre se buscó crear un lugar interracial e intercultural -introdujeron culto en español hace más de tres décadas- y abierto a todo el mundo. La música en su iglesia era un reflejo de la variedad de la comunidad: sonidos latinos, rap, pop y obviamente góspel.
Pero hubo un momento en el que Sandra se pronunció muy claramente como una gran activista, durante la epidemia del VIH. Durante los 80s la comunidad negra sufrió especialmente este problema y Sandra encabezó múltiples campañas para recaudar dinero y concienciar a la sociedad. Recientemente Tim Dillinger ha recuperado una entrevista de Sandra Crouch en el periódico The Tribune de Oakland en 1990 en la que se puede ver su compromiso con la causa. Dos años antes Sandra había sido ordenada co-pastora de la New Christ Memorial Church contraviniendo la norma de COGIC y la costumbre de tener a mujeres en el liderazgo de sus instituciones sin ser reconocidas.